¿Cuál fue la experiencia más interesante?
El haberlo conseguido, la gente que se conoce, los paisajes, conocer sitios nuevos, apañárselas para vivir con lo que llevas en la mochila, creo que todo. Se echa de menos a la familia, los has dejado en casa, sabes que están bien pero también sabes que están preocupados. Una experiencia positiva ha sido descubrir que a través de las Redes Sociales, en mi caso el Facebook, se podía estar en contacto continuo con amigos y familia a pesar de la lejanía.
¿Podrías contarnos alguna anécdota?
Una de las primeras fue en Pamplona. Desde que entras en la ciudad el camino está señalizado para atravesarla. En las aceras están las marcas, la famosa vieira. Pues por seguir las marcas me pasé el albergue y cuando me di cuenta estaba en la otra punta de la ciudad, casi saliendo de ella.
Encontrar una mochila en el camino y saber que pertenecía a algún peregrino que estaba haciendo sus necesidades por los alrededores, no faltaba el que gritaba “¡Acuérdate de tirar de la cadena!”
Contarlas todas haría muy extensa esta entrevista.
¿Qué fue lo que más te ayudó a preparar el viaje?
El hacer el Camino de Santiago fue una cosa que siempre tuve en mente. Faltaba tener tiempo para ello sin prisas, sin utilizar para ello las vacaciones familiares y cuando dispuse de ese tiempo pues ha sido lo primero que he hecho.
Para prepararlo todo, he leído libros, guías, … he visto documentales, películas, he visitado muchos foros y páginas web. Todo ello ha servido para tener más de hacerlo y después de hecho lo que te quedan son ganas de volver a hacerlo. La gente que lo ha hecho más de una vez dice que el Camino engancha y es verdad.
Lo que más ayuda a prepararlo son las ganas de hacerlo y yo pienso repetir.
Según se dice, los peregrinos meditan mucho al caminar durante tanto tiempo. ¿Cuál es tu experiencia?
Si se medita. En mi caso, cuando iba andando pensaba en los kilómetros que había hecho, en los que me quedaban, en la cantidad de gente que habría hecho lo mismo, en lo diferente que sería en la Edad Media… Cuando se visitaba alguna iglesia o catedral, pensaba en lo que costaría hacerlas. Se piensa en la familia. Y cuando se disfrutaba de los amaneceres, se piensa en lo que uno se pierde todos los días.
José